Examen Ainhoa

 AINHOA

1. Tipos de oraciones impersonales

• Impersonales unipersonales: son aquellas que tienen verbos de fenómenos meteorológicos, y se construyen siempre en 3ª persona del singular. Estos verbos, como «llover, diluviar, amanecer, granizar, nevar, etc…», nunca pueden conjugarse en otra persona. Ejemplo: Hoy lloverá 

• Impersonales de fenómenos meteorológicos con verbo hacer: son aquellas que informan de fenómenos meteorológicos con el verbo hacer. Ejemplo: «Hace mucho frío en invierno».

• Impersonales eventuales o con falsa 3ª persona del plural: son aquellas en las que no coincide el número del verbo con el número de la persona real que las ejecuta. Ejemplos: «Llaman a la puerta / Condenaron al reo por asesinato / Hablan mal de Pedro».

• Impersonales con el verbo haber: las oraciones que tienen el verbo haber como forma principal nunca tienen sujeto. Ejemplos: «Hay cervezas en la nevera / Había mucha gente en el pabellón».

Ejercicios

• Mañana lloverá en Andalucía.
• Cogieron al ladrón a la salida del banco.
• Hace muchas manualidades en las clases extraescolares.
• Ayer no hubo clase por el resfriado del profesor.
• Mis amigos de Huesca salieron tarde por la nevada.
• En verano hace calor por las noches.
• En el corral tiene muchas gallinas mi tío.
• Dicen en el telediario muchas tonterías.
• Tronó esta mañana con muchas fuerza.
• Hay diez kilómetros hasta Madrid.
• Este invierno ha nevado mucho.
• Hubo mucha gente en la fiesta
• Se ayuda a los necesitados en esta casa
• Llamaron a la puerta
• El paquete será entregado a las doce de la mañana

• Se sancionó a los conductores imprudentes.
• Al amanecer hace mucho frío en la terraza.
• Mi médico ha sido sustituido por enfermedad.
• Se necesita personal en el nuevo salón de belleza.
• Había demasiadas razones para su despido.
• Se venden muchos medicamentos en la farmacia.
• Ha nevado en la cumbre más alta de la montaña.
• No había muchos pacientes en la consulta.
• El árbol fue derribado por la tormenta.
• Se busca a un peligroso delincuente.

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra
c
omo un débil cristal.

Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

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Te quiero a las diez de la mañana, y a las once,

y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y

con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.

Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me

pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la

comida o en el trabajo diario, o en las diversiones

que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con

la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y

siento que estás hecha para mí, que de algún modo

me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos

me convencen de ello, y que no hay otro lugar en

donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu

cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y

los dos desaparecemos un instante, nos metemos

en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo

hambre o sueño.

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No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

aqui Alejandro