1. El hombre descalzo
La protagonista no puede dormir y se levanta en la oscuridad en una habitación que es un caos. Tropieza y tira unos libros, uno de ellos sobre literatura fantástica de Todorov. Encuentra una carta de amor, que imagina que es de un hombre desconocido. Cae dormida sobre la carta. En el comienzo se nota ya la característica narración en primera persona muy descriptiva, lenta, con metáforas y en presente.
2. El sombrero negro
En la noche de lluvia torrencial, un hombre llama para recordarle que tienen una entrevista. Baja a abrirle y entra en casa. Hablan de distintas cuestiones sin sentido. Ella es escritora, está algo sorda y no recuerda los folios que hay en la máquina de escribir. Siente como si en la habitación, de repente, se hubieran producido cambios.
Ella le habla de sus viajes (Coimbra o el balneario de Cabreiroá); recuerda los bombardeos de la Guerra Civil en Salamanca y cómo se escondía en los refugios. También menciona el día en el que vio a Franco: "Influida por la lectura de las novelas rosa, que solían poner un énfasis lacrimoso en las insatisfacciones de las ricas herederas, pensaba en la niña de Franco como un ser prisionero y sujeto a maleficio".
Martín Gaite ganó el Premio Nadal, pero no fue la primera mujer. "Recuerdo que cuando le dieron el primer premio Nadal a una mujer, lo que más revolucionario me pareció, a parte del tono desesperanzado y nihilista que inauguraba con su novela, fue verla retratada a ella en la portada del libro, con aquellas greñas cortas y lisas".
Hace algunas reflexiones sobre lo que supuso la regla para las familias de su entorno: "Podría decirle que la felicidad en los años de guerra y posguerra era inconcebible, que vivíamos rodeados de ignorancia y represión, hablarle de aquellos deficientes libros de texto que bloquearon nuestra enseñanza, de los amigos de mis padres que morían fusilados o se exiliaban, de Unamuno, de la censura militar, superponer la amargura de mis opiniones actuales a las otras sensaciones que esta noche estoy recuperando, como un colo inesperado que irrumpiera en oleadas".
Hablan también de literatura, en concreto, de novela de misterio. Al final del capítulo, él la invita a entender la literatura como un laberinto en el que perderse.
3. Ven pronto a Cúnigan
Se levanta para preparar té y en la cocina recuerda su niñez y la canción Ven pronto a Cúnigan. En esta etapa del libro hace un retrato de la sociedad de posguerra con sus modistas y costureras. Compara Madrid y Salamanca en torno al cine y el teatro y se refleja el espíritu de la niña de provincia que admira cada detalle de la capital. También recuerda a su madre: "Le encantaba, desde pequeña, leer y jugar a juegos de chicos, y hubiera querido estudiar una carrera, como sus dos hermanos varones, pero entonces no era costumbre, ni siquiera se le pasó por la cabeza pedirlo" (81). Lo va recordando todo mientras está en la cocina.
4. El escondite inglés
Cuando empieza a servir el té, advierte que hay 79 páginas bajo el sombrero negro que no recordaba. Habla del paso del tiempo y la memoria:
"-Porque es un poco así, el tiempo transcurre a hurtadillas, disimulando no le vemos andar. Pero de pronto volvemos la cabeza y encontramos imágenes que se han desplazado a nuestras espaldas, fotos fijas, sin referencia de fecha, como las figuras de los niños del escondite inglés, a los que nunca se pillaba en movimiento" (101-102).
En este capítulo, el hombre saca una cajita dorada y le ofrece a Carmen unas pastillas para la memoria.
Se da cuenta de que cosas que pensaba que le había contado al hombre, solo las había pensado. Hace algunas reflexiones sobre Franco: "Y fueron pasando los años y siempre su efigie y solo su efigie, los demás eran satélites, reinaba de un modo absoluto, si estaba enfermo nadie lo sabía, parecía que la enfermedad y la muerte jamás podrían alcanzarlo. Así que cuando murió, me pasó lo que a mucha gente, que no me lo creía..." (115-116).
Le habla al invitado de retomar una novela de recuerdos y relaciones antiguas. Suena el teléfono y el hombre de negro le pide que puede ser para él, pero que diga que ya se ha ido.
5. Una maleta de doble fondo
Al otro lado del teléfono habla una mujer que pregunta por Alejandro, el extraño visitante. Parece que es su mujer, Carola, que llora por su marcha. Ha descubierto cartas que le ha escrito C. pero ella no recuerda haberle escrito. Carmen cree que esas cartas sobre de la propia Carola, pero la conversación finaliza y no se sabe ni quién es C. ni si Carmen y Carola hablan del mismo hombre.
6. La isla de Bergai
Carmen retoma sus recuerdos juveniles y los relaciona con la inventiva de Robinson Crusoe ante la necesidad. En este capítulo se justifica el título del libro, ya que desvela la existencia del cuarto de atrás en su casa familiar de Salamanca, una habitación de juegos de su niñez que dejará de serlo cuando tiene que ser utilizado como despensa durante la guerra. Su amiga y ella inventaron en esta habitación la isla de Bergai para refugiarse cuando tenían problemas y escribir sus diarios.
7. La cajita dorada
Desaparece el hombre de negro. Carmen despierta en la cama besada por su hija. Hay restos de la visita del hombre de negro (los vasos del té y la cajita dorada). Reaparecen elementos que ya salieron al comienzo como la carta azul, la cucaracha o las estrellas. Donde estaba el libro de Todorov hay ahora 182 folios escritos, la novela El cuarto de atrás.
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