lunes, 12 de marzo de 2018

Lo peor de todo de Ray Loriga

Esta novela, ya que esta vez sí se puede llamar novela sin miedo a entrar en debates literarios, nos cuenta la insignificante vida de Élder Bastigas contada por él mismo. Este personaje, que ni siquiera se llama así ya que acogió ese nombre simplemente porque le gustaba, tiene unos traumas muy profundos desde la infancia. Estos traumas le marcaron durante su periplo por los colegios y se acentuaron cuando su novia le abandonó.  Por tanto nos adentramos en la mente de un perturbado que se convertirá en un futuro asesino más pronto que tarde. 
La obra nos produce una inmersión en la mente de una persona que casi no muestra sentimientos. No hay amor, solo un odio enfermizo, ideas esquizofrénicas sobre el asesinato y sobre todo tristeza, mucha tristeza ante la vida. Lo único que le reconforta es el fútbol y la guerra de Vietnam, todo lo demás no tiene interés.  

En cuanto al título, en esta ocasión sí que es realmente acertado. ¿Qué es lo peor de todo? pues no lo sabemos a ciencia cierta pero bien puede ser crecer en una familia desestructurada que gasta toda su atención en un hermano demente, ir de colegio en colegio sin encontrar realmente su sitio, perder a tus escasos amigos, que tu novia te deje por otro, y sobre todo, ganarte la vida en trabajos basuras y poco remunerados. Lo peor de todo en este libro es la vida, la sociedad y las propias personas. 
A lo largo de toda la estructura de la obra el presente y el pasado se mezclan continuamente. No existe un orden cronológico lineal, sino que los saltos temporales y las reflexiones de Élder son abundantes.  El estilo del escritor de frases cortas y tajantes nos lleva a provocar una sensación de frialdad y violencia conforme vamos leyendo.

Por tanto el libro sería más fácil de leer si primero supiésemos lo difícil que fue su infancia y adolescencia hasta llegar al presente y su concepto de la vida, sin embargo perdería sus rasgos existencialistas y sería una novela más. Este existencialismo se da en el profundo ateísmo que profesa, las continuas cavilaciones psicológicas, la negatividad ante la vida, y por supuesto, el rechazo y la indiferencia ante las leyes y el orden establecido.  Nuestro protagonista no se rige por ninguna clase de leyes, moralidad o convicciones sociales. En su peculiar modo de vida nada ni nadie lo detendrá, no importa que lo que tenga que hacer sea legal, ilegal o alegal. Élder hará lo que tenga que hacer y cuando quiera hacerlo.

Adentrándonos en el análisis psicológico del personaje Élder era una persona que nació con una estrella, pero esa estrella se fue marchitando hasta apagarse.

 Su familia siempre lo envió a los mejores colegios de pago de su ciudad y tenía un buen futuro por delante junto a “T”, sin embargo nunca aprovechó sus oportunidades. Nunca estudió y nunca se esforzó realmente por nada. Le gustaba el fútbol, pero no le gustaba correr, más al estilo de Guti. Le gustaba el boxeo, pero nunca lo practicó. Tenía una novia a la que amaba, pero la acabó perdiendo. 
El único objetivo de su miserable vida es asesinar casi desde que era un crio, bien sea al primer estúpido arrogante que se le moleste lo más mínimo en su camino o bien al empleado del mes de la hamburguesería en la que trabaja. Personalmente no veo esta última idea tan mala, ya que hay que trabajar en alguna tienda de comida rápida para realmente comprender al personaje.
 Para acabar, el final de la obra está inconcluso ya que no consigue satisfacer su deseo de matar a su compañero de trabajo. Aunque en mi opinión, todo el contexto de la obra lleva al lector a pensar que Élder acabará asesinado a alguien o bien suicidándose de la manera más dolorosa posible para sentir algo, aunque sea dolor. 



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