viernes, 1 de febrero de 2019

LLUVIA por JORGE NAVARRO

La lluvia acaricia tu rostro, se camufla con las lágrimas que derramas. Miras hacia el cielo de la noche y solo consigues ver una nube de humo que se lavanta hacia las estrellas. Tus ojos se entornan, y en tus manos sostienes un teléfono deseoso de recibir una llamada. Solo eres capaz de pensar en un nombre, un nombre propio, que sin pena ni gloria se pasea por tus más profundos deseos casi en un baile burlesco. Mente, corazón y alma parecen aliarse en la búsqueda de la respuesta a una única cuestión: "¿Alguna vez dejaré la mala costumbre de llorar bajo la lluvia?"

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