domingo, 4 de noviembre de 2018

EL MALTRATO INFANTIL

EL MALTRATO INFANTIL



Se denomina maltrato infantil o abuso infantil a cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o apoderados, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza el desarrollo de tales funciones. El maltrato infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y civilizaciones de la antigüedad donde utilizaban a los niños para realizar sacrificios y rituales. Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los menores de edad. 

Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los menores de edad. En los Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar a niños desamparados y la misma fue conocida como “Child Welfare Movement” (Movimiento Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones contra el maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los Delincuentes Juveniles en 1825, cuyos propósitos fue ayudar a niños maltratados y abandonados por sus padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado de Nueva York la “Society for Prevention of Cruelty of Children” la cual, surgió como fuente de inspiración para desarrollar otras organizaciones contra el abuso infantil en los Estados Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en 1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato de infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue sometida a abuso físico.

Se distinguen cinco tipos básicos de maltrato infantil:
El abuso físico
El abuso sexual
El maltrato emocional
El abandono físico
El abandono emocional

Señales del maltrato infantil
  •   Cambio repentino en el comportamiento o rendimiento en la escuela.
  •   Estado de alerta, en espera de que algo malo suceda.
  •   Mal comportamiento.
  •   Salir de casa temprano, llegar a casa tarde y no querer ir a casa.
  •   Temor cuando se le acerca un adulto
  •   Apartamiento de las amistades y las actividades habituales.
  •   Depresión, ansiedad o miedos inusuales, o pérdida repentina de la confianza en sí mismo.
  •   Ausencias frecuentes de la escuela o negativa a tomar el autobús escolar.
  •   Intentos de huida.
  •   Comportamiento rebelde o desafiante.
  •   Intentos de suicidio.


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