La definición aceptada en la actualidad sería “técnica terapéutica basada en una observación clínica completa y rigurosa que conduce a la prescripción de medicamentos homeopáticos cuyas indicaciones proceden de una farmacología fundamentada por una constatación experimental que es la similitud”. Es por ello que se considera que fue el primer sistema médico que trató de evidenciar de forma sistemática los efectos de cada sustancia en el organismo.
Es un sistema de medicina alternativa creado en 1796 por Samuel Hahnemann basado en su doctrina de «lo similar cura lo similar», que sostiene que una sustancia que causa los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en personas enfermas.La homeopatía es una pseudociencia: una creencia que es presentada falsamente como ciencia. Las preparaciones homeopáticas no son efectivas para tratar ninguna enfermedad.
Estudios a gran escala han demostrado que los productos homeopáticos no son más efectivos que los placebos, lo que sugiere que cualquier sensación positiva posterior al tratamiento solo se debe al efecto placebo y la recuperación normal de la enfermedad.
La homeopatía no es un sistema de tratamiento verosímil, ya que sus dogmas sobre cómo actúan los medicamentos, la enfermedad, el cuerpo humano, los líquidos y las soluciones han sido refutados por gran número de descubrimientos desde los ámbitos de la biología, psicología, física y química realizados en los dos siglos posteriores a su invención. Aunque algunos ensayos clínicos producen resultados positivos, múltiples revisiones sistemáticas revelan que se debe al azar, métodos de investigación defectuosos y sesgo de información. La persistencia de la práctica homeopática, a pesar de la evidencia de que no funciona, se ha criticado como no ética debido a que desalienta el uso de tratamientos efectivo.
* Contexto Histórico
Los homeópatas afirman que Hipócrates pudo haber originado la homeopatía alrededor del año 400 a. C. cuando prescribió una pequeña dosis de raíz de mandrágora para tratar la manía, sabiendo que la produce en dosis mucho más grandes. En el siglo XVI, el pionero de la farmacología Paracelso declaró que pequeñas dosis de "lo que enferma al hombre también lo cura". Samuel Hahnemann (1755-1843) le dio su nombre a la homeopatía y expandió sus principios a finales del siglo XVIII. En ese tiempo, la medicina dominante usaba métodos como la sangría y la purgación, y administraba complejas mezclas, como la triaca veneciana, que estaba compuesta por 64 sustancias, incluido el opio, la mirra y la carne de víbora. Estos tratamientos a menudo empeoraban los síntomas y a veces resultaban letales. Hahnemann rechazó estas prácticas, que habían sido elogiadas por siglos, como irracionales y desaconsejables; en su lugar, defendía el uso de medicamentos únicos a dosis más pequeñas y sostenía una opinión inmaterial y vitalista sobre cómo funcionan los organismos vivos, pues creía que las enfermedades tenían causas espírituales, además de físicas.
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