sábado, 26 de enero de 2019

EL AVISO de JURGEN BANSCHERVS

I

Simon es el protagonista de la historia. Es un chico de unos 14 años alemán que vive junto a su madre, Miriam. Ella es la  comisaria jefa de la Brigada Criminal. Su madre le envía a la vieja y anticuada tienda de Kapitza, un viejo y según dicen los rumores pedófilo fotógrafo, para que le revele las últimas fotos que ha hecho.


Una vez en la tienda Kapitza, más nervioso de lo habitual, le pide una y otra vez a Simon que proteja a su madre. Solamente eso, que la proteja una y otra vez. El jóven, angustiado, le pide explicaciones pero este rehúsa. 

II

Simon tiene una cita con Nora, la chica que le gusta. Ya se han besado en alguna que otra ocasión por lo que la tarde promete. Sin embargo, mientras viajaba en su bicicleta pasa por la tienda de Kapitza para intentar hablar con él pero lo que encuentra es una mano humana. Una mano amputada limpiamente con precisión de cirujano. Kapitza también la ha visto y la recoje. El chico no sabe qué hacer ni cómo actuar, así que se marcha del lugar. Junto a Nora no puede evitar quitarse la mano amputada de la cabeza. Asustado decide contárselo a su madre, quien evita el tema .

III

El padre de Simon lo había abandonado cuando tenía 10 años. No aguantaba el tipo de vida que podía tener junto a la que fue su mujer y por ende, se marchó. Simon, angustiado por el tema de la mano, vuelve a preguntarle a su madre si hay algún avance sin embargo, esta rechaza darle explicaciones. A esta situación se le añade que Kapitza continúa pidiéndole que cuide de su madre. 

Su madre había quedado junto a su amiga Ingrid. Simon sospecha que algo le pasa a su madre por lo que decide coger su bici e intentar espiarla. Llega a un hotel en el que hay muchísima gente en la sala de conferencias. Descubre que su madre es parte de la Hermandad Tomás. Acude a una nueva cita con Nora

IV

Su madre es parte de la Hermandad de Tomás. Simon quiere saber por qué. El caso es que él no sabe que su madre sufre de una enfermedad degenerativa que poco a poco la está matando. De hecho iba a suicidarse si no hubiese llegado a ir a una conferencia de su "hermandad". El padre Bernhard  es el orador principal, capaz de realmente hipnotizar a su auditorio con sus sermones. 

Su madre le comenta que han entregado una mano en comisaria pero no sabe si se trata de la misma mano que el encontró. En su nueva cita con Nora vuelven a pelearse porque él está más pendiente del caso de la mano que de ella. 

V

Es la final del campeonato de baloncesto. Simon forma parte de él y por primera vez en su historia tienen opciones de ganarlo. Weichert es el entrenador del equipo, un ex jugador y profesor de religión, que le había dado un gran lavado de cara al equipo. Casi al final del partido, el resultado era muy igualado pues apenas perdían por una canasta. Largo, la estrella local, está exhausto. Simon en mejor estado de forma tiene la ocasión de ganar el partido, pero por querer hacer un mate cuando apenas restaban dos segundos falla el contraataque y por tanto pierden el partido. 

Sale el último del pabellón porque no quiere ver a nadie. Cuando pasa por la tienda de fotos ve a Kapitza haciendo fotos a documentos y bastante alterado.

A parte de eso, Nora lo deja definitivamente.  Cuando llega a su casa, su madre le pide que por favor le acompañe al próximo sermón de la Hermandad. Agobiado por la situación, acepta. 

VI

Simon acude al sermón y aunque reconoce que el predicador es un gran predicador no presta apenas atención porque está más pendiente de su hija, Theresa.

 Se da cuenta de que solo hay hombres entre los miembros importantes de la segregación y de que portan pañuelos de diferentes colores dependiendo de la importancia que tienen dentro de ella. 

VII

En su vuelta a los entrenamientos Simon se esforzaba el doble que sus compañeros. A la salida del entrenamiento vuelve a pasar por la tienda de fotos. Kapitza está tendido en el suelo muerto y también le falta una mano. Alguien ha entrado en su tienda y la ha dejado de tal manera que parece que ha pasado un huracán por ella. Todo está revuelto por el suelo. Simon ve que el espejo sigue intacto, lo mira y descubre en él un pequeño cuaderno y unas notas que recoje.

Casi al momento llega la policía y lo interroga. Demuestra su inocencia y se va tan rápido como puede de allí. 

VIII

En la foto aparece un Jaguar negro clase S con un llamativo 66. No sabe que significa nada aunque tiene la sensación de saber algo. El cuaderno pertenece a la Hermandad de Tomás. 

En las noticas aparece la muerte del fotógrafo, aunque nada relevente. Él, sin embargo, deduce que Kapitza sabía algo sobre la Hermandad. Nora se preocupa por él, pero Simon ya solo tiene en mente a Theresa y consigue una cita con ella en el hotel en el que se hospeda.

IX

Junto a Theresa hablan de la Hermandad. Aunque su padre es la persona que se encarga de dar los sermones el verdadero líder es Will Morgan y todos confían en que ella sea la sucesora en el futuro. Por tanto, le cuenta todo aquello que necesita saber: su origen, sus viajes, los rezos...
En su vuelta a casa habla con su madre sobre el caso pero ella sigue sin querer encargarse sobre él.

X

Simon le pregunta a su entrenador qué sabe sobre la Hermandad. Le responde que es algo oscura e incluso peligrosa pues puede considerarse una secta. Entre muchas cosas, piensan que si le falta algún miembro a un fallecido, este no puede ir al paraíso. 

Cuando sale del instituto una furgoneta lo aborda y le pide que vaya con él. Simon considera oportuno ir puesto que, en el hotel no le puede pasar nada mal y porque no tiene nada mejor que hacer. Pero no es al hotel a donde van. En su lugar, van a un lugar más apartado donde el hermano Bernhard le pide que deje tanto de preguntar e investigar sobre la Hermandad como de ver a su hija. Simon abandona el lugar huyendo.

XI

Benhard quiere hablar con Miriam a solas. Ella como es de esperar acepta encantada. Sin embargo, lo que era una bonita conversación se convierte en un interrogatorio a Miriam acerca de si su trabajo como policía está relacionado con sus visitas a la Hermandad. Ella por momentos parece perder la fe en la institución.

Por otra parte, cuando Simon llega a casa del instituto se da cuenta de que han entrado en su casa. Han roto un cristal con precisión de cirujano y solo han robado el cuaderno y las fotos que pertenecían al fotógrafo muerto. 

Él sabe quién ha hecho esto y por qué. Decide ir al hotel pero cuando está llegando ve como dos de sus miembros se marchan en un automóvil. Van hacia un concesionario de vehículos de alta gama. A los pocos minutos vio a Theresa, su padre y un hombre que no conoce al volante de un Jaguar clase S. El coche pertence a Benhard.

XII

Miriam investiga a la Hermandad. Gracias a Heiko, exnovio y policía informático de su brigada, sabe que la Hermandad tiene una cifra de 5 dígitos en su cuenta de los cuales muchos serán para Will Morgan en breve. Además, todas las hermandades transfieren altas cifras de dinero a Canadá de forma periódica. Además, Benhard también recibe dinero de las donaciones de forma periódica por lo que se trata de una estafa.
El gran problema es que Benhard ya le ha estafado diez mil euros a Miriam en forma de donación, dinero que ella quiere recuperar por lo que quiere hablar con él.
Simon mientras tanto piensa en el 66 para lo que le pide ayuda a Largo. Además le pide el móvil a su madre.

XIII
La Planetweg resultó ser una estrecha calle asfaltada en la que había una casa de tres plantas, cuya fachada principal quedaba un gigantesco tilo. La fachada adornada con estucos, el tejadillo colado sobre la entrada..... Todo era igual que la foto de Kapitza, Simon se encontró a un hombre que iba con su perro por un bosque al lado de la casa. Aquel hombre le contó que esa casa era un salón de juegos y que solo abría por la noche.

Simon vuelve a su casa, coge la cámara de Miriam y vuelve a la Planeteweg. Sobre las 8 vio al hermano Bernhard llegar con su Jaguar y entrar en el salón de juegos, a los veinte minutos salió acompañado  de un señor al que le dio las llaves y los papeles de su coche.
Los guardias del club robaron la cámara. Miriam no había vuelto a casa, Simon llamó a la policóa pero no sirvió de nada.

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