Mantén tu boca fresca y limpia con Licor del Polo
Como cada mañana, Lucas se levantó, se duchó y se dio cuenta de que no le quedaban maquinillas de afeitar.
En la cocina el desayuno le esperaba frio como siempre. Cuando acabó, sintió que no era su casa pero a Lucas pareció no importarle todo lo que le habían dicho sobre los secuestros y pensó:
“Mi vida no puede empeorar”
No hay comentarios:
Publicar un comentario