Esta obra de Enrique Vila-Matas, que fue publicada por primera vez en 1985, está a medio camino entre la realidad y la leyenda. El escritor juega con la ambigüedad metaliteraria de sus personajes e interpreta e inventa ciertos textos con el fin de darle la forma y sentido que él desea a la historia. Ambientada en la segunda década del siglo XX, centra nuestro interés en el movimiento vanguardista y sobre todo en el oscuro mundo de las sociedades secretas de literatura.
Esta sociedad secreta se hace llamar “Shandy” y su definición era muy sencilla: artista de sexualidad extrema, soltero, nómada, inestable, reacio al suicidio, alejado del éxito y por supuesto con una obra ligera y portátil. La comunión de todos estos factores solo duró tres años, aunque fueron muy intensos y productivos sus viajes por Nigeria, Praga, Tieste o París sin saber bien el motivo ni el objetivo. Entre sus componentes se encuentran grandes representantes vanguardistas como Tristan Tzara, César Vallejo, Marcel Duchamp o Aleister Crowley entre otros.
Una vez acabada la lectura de esta compleja obra, considero que la idea principal del autor es transmitirnos su concepción de que la literatura no se reduce a un simple libro, sino que es un ser vivo que te esclaviza y te libera, te convierte en una persona diferente y auténtica, te transforma obligándote a luchar contra tus miedos, tus deseos y contra ti. Por tanto la literatura es como un niño que nos libera de nuestras ataduras pero que nos obliga a dedicarle todo nuestro tiempo. La literatura tiene que ser vivida y sentida más allá del libro y del papel y solo llevando una vida “Shandy” es posible ya que son los únicos que hacían de su vida literatura.
Por otra parte, llama la atención que el número veintisiete sea el número por excelencia de los “Shandys”. El veintisiete es un número al que le rodea un gran misticismo. Esto se debe a cosas como que es el número de letras del alfabeto español y de otros muchos países, también es el número de libros del Nuevo Testamento, la luna tarda ese número de días en dar la vuelta sobre la tierra, el sol también emplea tantos días en girar sobre sí mismo, etc.
Por último esta obra recuerda mucho a “El club de la lucha”, novela del año 1996. Ambas historias comparten que están ambientadas en el mundo de las sociedades secretas y conspiradoras, sus personajes giran en la misma espiral de liberación- autodestrucción y sienten la necesidad de romper con las reglas establecidas y por último ambas sociedades acaban destruidas por parte de sus miembros.
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