La verdad es que me compré una bicicleta en el momento que entendí que aunque viva en Melilla no tenía ganas de andar unos 6 kilómetros al día solamente para ir a trabajar. Empecé usando el coche de mi novia, pero la verdad, soportar las desesperantes colas que se forman por la Base militar y la salida de los estudiantes del Queipo hizo que quisiesemos comprarnos un vehículo alternativo muy pronto. Nuesta primera opción fue el patinete eléctrico tan de moda ahora, pero la verdad, una ciudad como Melilla en la que está comenzando a asimilar el transporte en bicicleta no está para nada preparada para el patinete y no lo está por la dejadez de sus calles y calzadas. Quien tiene un patinete lo entenderá.
El caso es que fuimos a Decathlon varias veces para probar sus bicis plegables pero no me terminaron de convencer por lo que fui a MUNDO BICI y allí por poco más de cien euros encontré una bicicleta perfecta para ir al trabajo.
¿Lo negativo? En primer lugar que es invierno y hace frío a las 8 de la mañana. Mucho frío, pero no un frío superior al de Alemania o Inglaterra donde la gente usa la bici sin dudarlo. Todo es acostumbrarse pero que sepas que el viento hará que el frío se te meta en el cuerpo y tardes un poco en aclimatarte así que unos buenos guantes, una bufanda, gafas de sol y a pedalear.
Por otra parte, algunas veces llueve y claro, nos asustamos del agua pero no hay problema en pedalear con un poco de agua. Un buen chubasquero y no hay ningún inconveniente. Así que un buen equipamiento nos dará la clave.
En segundo lugar, que sepas que la gente no te va a considerar un vehículo. Te van a hacer creer que eres un fantasma que invades la carretera. Te van a ver como que estás haciendo deporte en la carretera porque no tienes dinero para ir al gimnasio así que vas a tener que tener mil ojos. Los coches de delante, los de detrás, los peatones y todo cuanto se mueve. Porque recuerda que eres un fantasma que no haces ningún ruido y los coches van rápido. De hecho cuando tengas algún enfrentamiento con algún coche (qué lo tendrás) porque, para ser honestos, muchos apenas sí saben conducir y mucho menos respetarte. Así que oirás que te apartes a un lado (¿más aun?) porque los molestas o directamente te mandarán que vayas por la acera. Aún recuerdo al cipote del Jaguar…..pero irás conociendo la ciudad y por donde hay más o menos coches y no olvides que, ahora hay un carril bici maravilloso casi siempre vacío.
En tercer lugar, el gran problema al que te vas a enfrentar es la topografía. Las cuestas y pendientes en Melilla son muy abundantes, especialmente si vives por el paseo marítimo. Sin embargo, esta desventaja será también tu mejor aliado pues progresivamente te verás más fino y fuerte porque tus piernas simplemente responderán y verás como lo que antes era un gran esfuerzo ahora es algo muy sencillo. Las marchas de la bici nos ayudarán, siempre puedes coger la bici e ir por la acera u optar por una eléctrica. Y sobre todo, usa el carril bici porque tendrás la playa, el mar y especialmente, la tranquilidad de ir seguro.
La mayoría de los desplazamientos en bicicleta son de hasta cinco kilómetros. En Melilla, generalmente los desplazamientos son menores de cinco kilómetros y, por tanto, existe un enorme potencial para poder utilizar en estos casos la bicicleta. No hay excusa para no pedalear.
Otro gran inconveniente es que respiras todos los humos de los coches si te pones justo detrás de ellos. Especialmente los autobuses cuyo humo parece que te va a provocar un cáncer de pulmón instantáneo. De hecho estoy pillándole asco al Lidl por poner publicidad en la parte de atrás de la COA. Pero de todo se aprende y poco a poco sabrás dónde y cómo ponerte para respirar el aire puro y limpio. Además, los ciclistas podemos usar caminos menos contaminados, como el parque forestal y calles más tranquilas.
Los factores positivos son innumerables. Lo más importante es que tu cuerpo se va a convertir en una máquina de acero. El ejercicio matinal es muy bueno para la salud y yendo al trabajo en bici estás matando dos pájaros de un tiro. Poco a poco irás sintiéndolo como algo natural e incluso necesario (especialmente cuando descubras que puedes llegar incluso antes que en coche). Perderás peso y notarás tus piernas más duras y bonitas, respirarás mejor y te notarás más ligero y fresco además de que te harás prácticamente inmune a los resfriados. A lo que hay que añadir que aparcas donde quieres, porque te compras un buen candado y listo, aunque es normal que tengas miedo a que te la roben al principio.
Por último, llegarás con las ideas más claras y contento porque la sensación de haber hecho ejercicio, estar centrado tanto en la carretera como en ti que no tiene precio también llegarás más lúcido que si hubieses tomado dos cafés.
En cuanto al tema económico es prácticamente nulo. Mi bicicleta es de gama media-baja por lo que la inversión fue mínima. Tampoco me la han robado, lo que es un gran avance dado como está la situación ni he manchado ningún pantalón de grasa por lo que por ahora todo son ventajas.
En general, quiero acabar animando a más personas a ir al trabajo en bici. Ocuparemos menos espacio en la carretera por lo que el transporte será más ágil y rápido para aquellos que se vean obligados a ir en coche, contaminaremos menos (para eso ya tenemos a Endesa), nuestra salud mejorará y por último, el medio ambiente nos lo agradecerá.
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