viernes, 13 de diciembre de 2019

TIRANT LO BLANC

De Joanot Martorell, escrita en catalán en 1499 y traducida al castellano en 1511. Libro casi desconocido en la época, mereció el elogio del cura del Quijote: «por su estilo, es éste el mejor libro del mundo».

Sin duda, Cervantes quedó fascinado por el lenguaje socarrón, la verosimilitud de los episodios, el rea lismo cotidiano de los detalles, la profundidad psicológica de los personajes y la delicada sensualidad de las escenas amorosas, características opuestas a las habituales en los relatos caballerescos. Según Martín de Riquer, el Tirant se distingue de las otras obras porque apenas hay elementos maravillosos y los personajes son fuertes y valientes, pero se mantienen dentro de los límites humanos. La novela contiene detalles autobiográficos del propio autor y guarda un cierto paralelismo con la vida del almirante Roger de Flor. Narra los amores y aventuras del protagonista, que recorre Inglaterra y Francia, salva el Imperio Bizantino y muere de un resfriado justo cuando iba a casarse con su amada y a heredar el Imperio. La muerte del héroe, inusual en el género, cierra toda posibilidad de continuación.

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