Así lo denuncia Yamal Almousi, roto en lágrimas cuenta como tras acompañar a su madre al centro médico de la localidad de Habbous al norte de Casablanca, por un fuerte dolor abdominal , le es robado un riñón.
Los hechos ocurrieron el 7 de septiembre, según relata tras varias exploraciones médicas, una enfermera les informa que deben operarla de urgencia, pues tiene dañado un órgano del que no dan muchos detalles.
También cuenta como no les dan la opción a solicitar otras valoraciones médicas y su madre es conducida a quirófano 12 horas después de su ingreso, siéndole extraído el riñón izquierdo.
Días después, convaleciente en casa y persistiendo el dolor abdominal inicial, acuden a un médico que diagnostica un apéndice. El joven denuncia el estado lamentable en el que se encuentra su madre y la imposibilidad de pagar una nueva intervención. Así como solicita ayuda para identificar a los autores de la cirugía, evidenciando que a su madre no se le asiste por su dolor pues a pesar de ser operada, los dolores nunca desaparecieron.
Un relato que parece sacado de una novela de terror. Reflejo de la realidad de la sanidad marroquí, la sanidad del “pobre” donde básicamente se actúa como mafia y con total impunidad. Queda lejano el modelo europeo, que garantiza una sanidad transparente, universal… frente a una sanidad interesada y corrupta y donde sobrevive el que más tiene. El médico deja el papel de salvador para ser verdugo. Probablemente un pueblo sin garantías médicas es un pueblo condenado.
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