De la segunda mitad del siglo XII consideramos el primer ejemplo de teatro castellano. Es el Auto de los Reyes Magos, procedente de la Catedral de Toledo, copiado en las páginas sobrantes de cierto manuscrito. Aunque incompleto, su contenido es representativo: Los Reyes Magos piensan cómo distinguir que el Niño Jesús es Dios. Si elige el incienso frente al oro y la mirra, mostrará su naturaleza divina. Preguntan a Herodes, que, alarmado, pide consejo a sus sabios y rabíes traidores. La lengua del fragmento desconcierta y apunta a una posible fuente francesa.
Es un fragmento de 147 versos, de diferente medida. La primera escena presenta los parlamentos de cada uno de los tres reyes; En la segunda, reunión para ir a ver al Niño que va a nacer; en la tercera se produce el encuentro con Herodes; la cuarta la constituye el soliloquio del rey judío; y la quinta viene dada por el dictamen de los rabinos a Herodes. La obra debía terminar con la ofrenda de presentes al Niño y el canto de un villancico.
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