lunes, 13 de enero de 2020

EL BUSCÓN. RESUMEN POR LIBROS.

Primer libro

En esta primera parte, Quevedo describe a su protagonista  Pablos, hijo de Clemente Pablo, de oficio barbero y de vicio ladrón, pues aprovechaba robar a los clientes que afeitaba. Así mismo, Pablos es hijo de Aldonza de San Pedro, quien en el pueblo es tenida como bruja y amiga del el diablo.

Igualmente, se cuenta cómo Pablos ingresa a un colegio, en el cual conoce a quien se convertirá en su amigo inseparable Diego. No obstante, después de la renuncia del maestro, el padre de Diego, don Alonso, decide enviar a su hijo a la casa de estudiantes, donde es director el clérigo Dómine Cabra. A esta aventura, le sigue Pablo como criado. Sin embargo, los muchachos conocerán la avaricia  y el hambre en esta casa de estudios, donde el clérigo prácticamente los mata de hambre.

Enfermos, don Alonso Zuñiga –padre de don Diego- los lleva a su casa, en espera de que se recuperen.  Una vez sanos y recuperados, don Diego y Pablos parten de nuevo en miras de estudio, esta vez a Alcalá de Henares. Allí les va un poco mejor en términos alimenticios, pero comienzan a ser víctimas de la crueldad de los estudiantes, quienes tienen rituales de bautizo un poco fuertes.

En este punto se da la transformación de Pablos en un pícaro, pues totalmente decidido a no dejarse lastimar ni engañar por más nadie, comienza a practicar bromas y a engañar él a los otro estudiantes. Cuando el padre de don Diego, don Alonso se entera, busca la forma de separar a su hijo de lo que considera una mala influencia, así que lo hace regresar a casa, pero solo.

Pablos por su parte, recibe noticias de su casa, por parte de su tío, quien es el verdugo del pueblo. Éste le informa que su padre ha sido ejecutado, y su madre se encuentra presa, acusada por la Inquisición como hereje. Pablos decide volver de inmediato al pueblo, pero no en auxilio de su madre, sino a ver cómo hace para cobrar su herencia.

Libro segundo
En este libro de La vida del Buscón, el narrador cuenta las aventuras y encuentros de Pablos, durante su camino desde Alcalá hasta Segovia, su ciudad natal. De esta forma, su camino está marcado por el encuentro con excéntricos personajes, los cuales se presentan sucesivamente en este orden: el loco repúblico obsesionado por mostrarle al Rey su forma de enderezar el país; el maestro loco de esgrima que huía cobardemente; un clérigo decrépito que escribía versos a las vírgenes aun cuando era un mal poeta; un soldado matón; un hermitaño; un genovés rico. De esta forma llega a Segovia, donde ve a su padre descuartizado en una vera del camino, como era costumbre en aquella época, para que las gentes tomaran razón de lo que les pasaba a los reos. Finalmente se encuentra con su tío el verdugo, pero al contrario de los deseos de éste, no escoge el oficio del verdugo, sino que logra cobrar su herencia, y se marcha a recorrer el mundo.

Libro tercero
Pablos comienza entonces su vida, tratando de ganársela. De esta forma conoce a Toribio, quien a su vez lo introduce a un grupo de pícaros, con los que Pablo vive un tiempo, haciendo fechorías, hasta que son descubiertos y encarcelados por las autoridades. Pablos soborna a cada uno de los miembros de la cárcel hasta que logra su libertad. Luego se instala en una posada donde finge ser rico, y de hecho comienza a cortejar a una dama de sociedad, Doña Ana. Sin embargo, en ese pueblo vive también su antiguo amigo, don Diego, quien ahora es general. Descubriéndolo en su mentira, lo detiene y manda a azotar.

Debido a esto Pablos decide marcharse a una ciudad donde nadie lo conozca, por lo que se va a Toledo, donde ingresa a una compañía de cómicos, en donde se da a la tarea de interpretar papeles de villano. No obstante, con el tiempo decide irse a Sevilla, donde se gana la vida haciendo trampa con juegos de azar. Perseguido por la Ley, conoce a “la Grajales”, encuentro en donde toma la decisión de irse a las indias buscando cambiar de suerte. Sin embargo, el narrador indica que eso no fue así, puesto que “Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y costumbres”.


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